Inter empata pero sigue firme en la punta


En el estadio San Siro de Milán, en el cual se vio un partido bastante feo porque repleto de faltas, en el que el local se concentró en destruir y los giallorossi hubieran merecido sacarle el invicto en casa a los nerazzurri, Inter y Roma igualaron 1 a 1 con goles de Mirko Vucinic y Samuél Eto'o...

De esta manera, Inter sigue puntero, ahora con 29 puntos, mientras que Roma se metió en la doceava posición de la tabla junto a Chievo y Udinese, todos ellos con 15 unidades.

En efecto, en el primer tiempo los muchachos de Ranieri se pararon muy bien en la cancha, no le dejaron espacios a sus adversarios y crearon buenas ocasiones ya desde los primeros minutos: al segundo, Menéz lo habilitó a Vucinic y lo dejó solo adelante del arquero, pero el montenegrino fue demasiado lento y se dejó recuperar por Lucio, desperdiciando la buena chance. Diez minutos más tarde, el atacante giallorosso se hizo perdonar del error precedente, cuando conectó un centro desde la derecha de Motta con un cabezazo perfecto al ángulo alto a la derecha de Julio César.

Luego de esto, los hombres de Mourinho encontraron la solución para pararlos a los visitantes con faltas sistemáticas en el medio de la cancha, para cortar todos los contraataques y todas las tentativas de construcción. Tuvieron la suerte que el referí mostró poquísimas tarjetas y les permitió ese juego duro, que fue lo que les sirvió para controlar una buena Roma. Uno de los efectos de esa actitud fue que De Rossi tuvo que salir por la fractura del pómulo, causada por un codazo de Vieirá.

En el complemento, el Special One quiso tirar para adelante a su equipo y los puso a Balotelli y Sneijder por Vieirá y Muntari. Los cambios parecieron dar el resultado esperado, porque Inter encontró enseguida el gol del empate con Eto'o: en una jugada un poco rocambolesca, Thiago Motta logró meterle un buen pase al camerunés, quien parado a la altura del panal, algo por izquierda, se dio vuelta con velocidad y de zurda disparó un diagonal inatajable.

Pero la reacción local estuvo toda ahí, porque luego los nerazzurri siguieron con su actitud destructiva. En efecto, fue Roma quien intentó construir juego, especialmente gracias a Pizarro, fulcro de todas las jugadas de su equipo. Además, el chileno estuvo bárbaro en fase defensiva: no le dejó tocar ni un balón al holandés de Inter y fue impasable por el medio.

Al final, el entrenador capitolino pareció conformarse con el empate y lo sacó a Menéz por Tonetto, transformando su equipo en un 4-5-1 para defender el resultado.

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