La Universidad de Chile remontó dos goles y logró un valioso empate 2-2 en su visita al Fluminense brasileño, lo que le da una ligera ventaja en la lucha por un billete para las semifinales de la Copa Sudamericana...

El equipo brasileño tomo la iniciativa, pero tan sólo consiguieron controlar el partido durante veinte minutos, para después pasar a un choque de ida y vuelta, abierto, con ocasiones para ambos, lo que favoreció la reacción de los chilenos que estuvieron muy despiertos y aprovecharon los agujeros en la zaga rival.

Varias acciones espectaculares del arquero Miguel Pinto contribuyeron de forma decisiva a que los universitarios cuajaran este resultado, que les coloca como claros favoritos para la vuelta.

En los primeros minutos, los brasileños cumplieron a la perfección y tradujeron su dominio en ocasiones, culminando con el primer gol factura del mundialista, cuando contaban 15 minutos del inicio del partido.

A pase de Mariano, Fred enganchó en el área un balón que cambió de trayectoria en dos ocasiones, la última por parte del lateral Osvaldo González, y así abrir el marcador.

Pinto a punto estuvo de desviar el esférico a tiempo, pero éste atravesó lo justo la línea de cal y el árbitro decretó el gol.

Después, el conjunto universitario se creció e igualó la contienda en el centro de la cancha, abriéndose buenas ocasiones para ambos equipos, que creaban peligro con más velocidad que control.

Felipe Seymour ensayó un disparo lejano que le obligó al cancerbero Rafael a exhibirse y el argentino Darío Conca dio la réplica a continuación, con un tiro potente que salvó Pinto en una gran parada.

La segunda mitad comenzó con el tanto de Fred, en una jugada fulminante que culminó con un control de pecho y un tiro raso cuando contaban apenas 26 segundos del saque de centro.

Pero la Universidad no estaba muerto ni mucho menos y, en diez minutos exactos, ya había conseguido igualar el marcador gracias a la rapidez de sus delanteros y a sendos errores de marcaje por parte de los brasileños.

Primero golpeó el argentino Montillo, que recibió en el área un buen pase de Manuel Iturra y remató de primera, con un zurdazo imposible para el arquero brasileño.

Después, en un rápido contraataque, Manuel Villalobos, que acababa de entrar a la cancha, le ganó el cuerpo a Diguinho y se la cedió al uruguayo Juan Manuel Olivera, que llegó desde atrás y sin oposición, para marcar el segundo a placer y su cuarto en su cuenta personal en esta Copa.

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